Día Mundial de la Salud Digestiva
Se estima que alrededor de un 50% de la población en España sufre patología digestiva de algún tipo con un gran impacto en el bienestar integral del individuo. Existe un amplio abanico de enfermedades digestivas, la mayoría de las cuales pueden ser diagnosticadas mediante pruebas validadas clínicamente que ofrecen un diagnóstico claro. Sin embargo, hay una proporción de patologías, denominadas enfermedades funcionales de dificil diagnóstico, que son aquellas en las que hay síntomas pero no es posible identificar daño o lesión, ni por tanto, el origen de los síntomas. En ocasiones, ante la falta de diagnóstico, el paciente termina acostumbrándose a los síntomas llegando incluso a normalizarlos, viendo menguada su calidad de vida lo que en ocasiones provoca graves problemas psicológicos. Un claro ejemplo es el síndrome del intestino irritable que afecta como mínimo a dos de cada diez individuos y una de las causas más habituales de consulta digestiva. Esta enfermedad, que cursa con molestias como alteración de las deposiciones, distensión y gases, tiene un importante impacto en la calidad de vida de los pacientes que la sufren llegando incluso a limitar su vida social y laboral.
En los últimos años se ha detectado un incremento de las enfermedades digestivas en España y estas cada vez se dan en individuos más jovenes. Aunque la razón de ello no ha sido todavía establecida, se especula que la alimentación inadecuada por el incremento de alimentos procesados, el sedentarismo, el desequilibrio del microbioma intestinal y los altos niveles de estrés, podrían ser algunas de las causas. Por ello, la concienciación de la población sobre la importancia de mantener hábitos de vida saludable que incluyan una dieta mediterránea equilibrada, el manejo del estrés y la práctica de deporte regular, suponen factores claves para evitar que esta incidencia siga aumentando.
Asimismo, los análisis de microbioma intestinal de última generación que permiten realizar un análisis profundo y exhaustivo de los microorganismos que habitan en el intestino, así como de su distribución y funcionalidad, se están posicionando como la mejor estrategia para corregir desequilibrios en nuestro microbioma y asegurar así una buena salud intestinal.